domingo, 13 de marzo de 2011

Por desamor al arte de regarte las plantas de los pies.

Cuando acaba la realidad, quedan los recuerdos, las imágenes idílicas de lo que hemos vivido, los sentimientos salen a la superficie y recordamos todo de un color brillante y vivo. Pero lo mejor de esos recuerdos es cuando los compartes. Cuando tus recuerdos se entrelazan con los de otras personas en un abrazo, un beso, un secreto, una risa o en un guiño de ojos.
Ahora recordamos cuando todo empieza y cuando todo termina desde arriba, desde las fotografías, momentos o frases que recordamos con más notoriedad, pero daríamos lo que fuera por disfrutarlas de nuevo, por vivirlas una vez más.
Y es que es precioso caminar, incluso con frío, si disfrutas con el resto de los sentidos, escuchando el murmullo de la gente, sus risas; ese olor a vida, a río, o te sientes afortunado al cruzar el puente de San Carlos mientras a lo lejos vislumbras palacios y catedrales de ensueño. Y todo a orillas del Moldava.
Sólo me faltaba ese algo para disfrutar de esa hipotética felicidad, ese sentimiento tan abstracto pero más fuerte que cualquier objeto físico. La incertidumbre de despertar y no saber si aquello que golpea en mi pecho sigue latiendo con la misma intensidad y a la misma fuerza que el tuyo, si son tus ganas de quererte o las mías las que ya no valen tal sacrificio o si simplemente todo lo que se enciende, se apaga. 
Lo sorprendente de este truco, es cómo somos capaces de engañar al alma, de engañarnos a nosotros mismos con cualquier excusa, con cualquier motivo para no herirnos, para no sufrir. Como somos capaces de apagar el fuego sin saber si nos darán una razón para volver a encenderlo y si así es, decirnos a nosotros mismos que aquellas llamas nunca dejaron de dar calor.
Hay cosas en la vida que tienen un antes y un después y que se marcan en aquello que llamamos memoria, otras se olvidan. Aprendamos a diferenciar cuales son las que realmente queremos recordar para siempre.

2 comentarios:

  1. Ese jóven poeta haciendose un hueco en blogspot... suerte.

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  2. Para mi este blog será como un hijo pues me siento culpable de su nacimiento, suerte con ello.

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