jueves, 4 de abril de 2013

¡No!
No quería oír sus pasos alejarse en el pasillo.
No quería oír la puerta al cerrarse. El ascensor al bajar.
No quería oír sus pasos huyendo bajo la lluvia, su pelo mojado de tanto caminar, sus besos alejándose otra vez más.
No quería verla en el autobús pasar, alejarse en la Ciudad, sentir su resistencia al hablar, sentirla capaz de ignorar.

Y allí estaban, en dos mundos diferentes. 
Frente a la ruleta que era su existencia, una vez más.
Él era sufridor y apuesto. Ella libre para apostar.

Y... Y si algún día alguien decidiera escribir la verdad. Contar que aquello fue un cuento. Que se volvieron a encontrar.
Que él escribía a pluma en secreto la historia. Que Ella lo aprendió a escuchar.
Que en realidad Ella no se fue de casa y se volvió a acostar.
Que él se despertó de aquella pesadilla... y la volvió a besar.

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