sábado, 30 de abril de 2011

Eirhnh. Paz. Mi paz.

Día triste. Mirada preciosa. Corazón acelerado. Seguramente no imaginaria hace apenas tres horas que marcaría mi día 30 de abril en el calendario de éste mes con un color diferente al de las preocupaciones, los exámenes, las vacaciones o al de las fiestas. 
Quisiera ser honesto, y no dejarme llevar por las cosas tontas que tú quizás no hayas apreciado, y que no quiero pensar ahora,  sólo diré que fui un cobarde. Que fui león toda mi vida y que por cinco minutos, fui lluvia, la lluvia que cubría la estación y que se estrellaba contra las desgastadas vías.

Tras éste inciso romántico que tanto odio y que tanto me inspira quiero complacerte, empedernido lector, con unas líneas que adjunto desde hace varios meses siempre conmigo y que tal día como éste he decidido plasmarte aquí, entre mis líneas, para conseguir darle algo más de ilusión, talento y melancolía a mi bautizada lírica. La encontré explorando el mundo de Machado y me gustó, decidiendo que ahora la quiero compartir contigo y que como yo, disfrútes mucho con ella:

Hoy es siempre todavía.
Y acontece la vida. Magnífica, sublime a veces.
Nos trae, nos lleva, y como en un juego de azar, nos da y nos quita, permaneciendo un ineludible olor en la memoria, que en mí, se activa sin saber por qué, los días como hoy.


Tras ésto, sólo necesito relajarme.

No hay comentarios:

Publicar un comentario